Unos cuantos gamberros nos han estado dominando siempre, antes mediante dictadura y ahora mediante "democracia" controlada por la misma clase pudiente. Antes sabíamos quienes eran y luchábamos, después, durante la democracia desaparecieron los lobos y durante este tiempo solo hemos visto corderos, falsos, pero corderos.
Bolsa de Bardelona protegida por la policía |
Durante este tiempo han hecho con nosotros lo que han querido hacer. ¿Han
conseguido dejarnos ciegos o simplemente no queríamos verlo? Ahora sí lo
sabemos. Durante unos años no hemos reaccionado porque no sabíamos lo que estaba pasando ni
nos interesaba demasiado saberlo puesto que podíamos tomar las cervezas y tapas que
queríamos y podíamos salir de vacaciones a lugares exóticos que, aunque masificados, nos
hacían sentir importantes. Ahora sabemos
que nos estaban tomando el pelo, … y
nos lo siguen tomando. ¡Pobres “nuevos ricos”!
Hemos votado a gente que nos estaba tomando el pelo y los
seguiriamos votando. Nos decían lo que
nosotros queríamos escuchar, pienso que a sabiendas nuestras, es decir,
queríamos que nos dijeran precisamente aquello que nos estaban diciendo a sabiendas
de que todo era una gran mentira.
Ahora sabemos quiénes son, sabemos lo que han hecho y con que
descaro, conocemos sus caras y los nombres de muchos de esa gran
pandilla de mentirosos delincuentes que
nos gobiernan en todos los niveles (administración estatal, autonómica o local)
pero a pesar de todo seguimos sin reaccionar.
Esquilman el país, nos pulverizan en unos meses los derechos conseguidos en más de cuarenta años y nada,
no reaccionamos. ¿Será porque en el país
de “ahora que no me ven …” nos sentimos todos copartícipes del desaguisado?
¿Será porque nos han vaciado el cerebro del sentido crítico? ¿Será porque
tenemos miedo de perder lo poco que nos queda? ¿O por que buscamos el hueco
egoísta por el que salvarnos nosotros y a los demás que les zurzan?
No sé el porqué, lo cierto es que aquí estamos viéndolas
pasar y tan solo algunos pequeños grupos sociales, los más jodidos salen a la
calle. Pero eso sí, cada uno por su lado.
Han conseguido destrozar nuestros derechos y desvirtuar aquello de “la
unión hace la fuerza”, ahora domina la percepción de que si mezclamos temas
perdemos fuerza. ¡Felicidades a quien corresponda, lo han logrado, nos han
dividido, es más, han pulverizado nuestra capacidad para unirnos contra la
injusticia! La lucha en defensa de la sanidad pública, contra el robo de las
preferentes, por la calidad de la enseñanza pública, contra los abusos hipotecarios,
etc., simplemente están ahí, pequeños grupos inconexos que hacen poco más que
ruido. Esta no es la solución.