Se que esto puede parecer un poco contradictorio pero Garzón no fue nunca de mi devoción. Siempre le he visto como un personaje mediático, de golpes de efecto. Sus casos han tenido siempre un alcance social y han ido acompañados de un fuerte dispositivo propagandístico por parte de los medios de comunicación nacionales y esto le hadado mucho prestigio. Cuando las campanas suenan tan alto me hacen daño en los oídos.

Lo que le ha sucedido es grave pero creo que lo peor de todo es que la partida que está en juego es muy fuerte. Se trata de la España negra contra la España democrática, del partido heredero de esa España que no conseguimos olvidar y del poder de los que merodean en torno a la estructura del Estado para dar el pelotazo, contra la otra España más humilde. Esto es mucho. Pero es también por esa razón que todo debía estar fuerte y bien atado, bien preparado y bien ejecutado, para que fueran a la cárcel los delincuentes y no el juez que los persigue.
Todos hemos perdido una gran oportunidad para poner algunas cosas en su sitio y al tiempo hemos vuelto a poner los pies en el suelo: este país ha cambiado lo suficiente como para no cambiar nada (en lo fundamental).
De todas formas este señor tiene sus méritos y es evidente que si hay un juez que se ha jugado el tipo, ese, es Garzón. Bien merece nuestro apoyo.
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